domingo, 30 de marzo de 2014

Ojo por ojo, diente por diente

El código de Hammurabi


Para elaborar el código, este rey recopiló todas las leyes civiles y penales existentes y las mandó grabar en columnas de piedra de más de dos metros que se distribuyeron en todo el reino. En la parte superior, en un relieve, está el dios del Sol, Shamash, señor de la justicia que habría dictado los decretos a Hammurabi.


Las leyes eran sumamente duras y establecían la pena capital para algunos delitos menores, aunque hacía diferencias en las sanciones dependiendo de si el agredido era o no un vecino distinguido.

Algunas de las sentencias de este código:

- Si un ciudadano acusa a otro de homicidio, pero no puede demostrarlo, entonces el que lo acusó será muerto.
- Si un niño ha pegado a su padre, a ese niño se le cortarán las manos.
- Si un hombre ha destruido el ojo a un hombre libre, a él también se le destruirá un ojo.
- Si ha roto un hueso al otro, a él se le romperá un hueso.

El rey Hammurabi también hizo escribir en tablillas de arcilla numerosas cartas donde plasmaba las decisiones que había tomado en algunos temas particulares, de esa manera se puede comprender más lo que significa el Código de Hammurabi y su finalidad.

En la actualidad, la estela se encuentra en el Museo del Louvre, en París.




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