domingo, 30 de marzo de 2014

Ojo por ojo, diente por diente

El código de Hammurabi


Para elaborar el código, este rey recopiló todas las leyes civiles y penales existentes y las mandó grabar en columnas de piedra de más de dos metros que se distribuyeron en todo el reino. En la parte superior, en un relieve, está el dios del Sol, Shamash, señor de la justicia que habría dictado los decretos a Hammurabi.


Las leyes eran sumamente duras y establecían la pena capital para algunos delitos menores, aunque hacía diferencias en las sanciones dependiendo de si el agredido era o no un vecino distinguido.

Algunas de las sentencias de este código:

- Si un ciudadano acusa a otro de homicidio, pero no puede demostrarlo, entonces el que lo acusó será muerto.
- Si un niño ha pegado a su padre, a ese niño se le cortarán las manos.
- Si un hombre ha destruido el ojo a un hombre libre, a él también se le destruirá un ojo.
- Si ha roto un hueso al otro, a él se le romperá un hueso.

El rey Hammurabi también hizo escribir en tablillas de arcilla numerosas cartas donde plasmaba las decisiones que había tomado en algunos temas particulares, de esa manera se puede comprender más lo que significa el Código de Hammurabi y su finalidad.

En la actualidad, la estela se encuentra en el Museo del Louvre, en París.




Mesopotamia


"Entre ríos"

La región así denominada abarcaba inicialmente los territorios comprendidos entre los ríos Tigris y Eufrates. En la actualidad comprende a Iraq y el este de Siria. 
La abundancia de agua creó una gran riqueza natural, hasta el punto de que, según la Biblia, estuvo allí localizado el Paraíso.


La historia de Mesopotamia es una sucesión de civilizaciones, iniciada por los sumerios (3.000 a.c. - 2.350 a.c.). Estos son vencidos por  Sargón, rey de los acadios.

Conviven dos importantes culturas: los asirios  al norte y los babilonios al sur. Cada uno evoluciona de forma diferente, pero ambos acabarán dominados por pueblos guerreros llegados del este, los persas.

Algunas de las creaciones que les debemos a las civilizaciones que habitaron Mesopotamia son la moneda, la rueda y el primer código de leyes, escrito por el rey Hammurabi.

Periodo en el que se determina el fin de la Prehistoria (con la invención de la escritura).














Arquitectura



El arte mesopotámico tenía carácter cívico: tiene palacios, templos y servicios públicos; tales como murallas, canales de riego, puentes, puertas y fortalezas.

Como en la región no había piedra y la madera era escasa, emplearon el ladrillo (hecho de adobe). Como el ladrillo es un material algo frágil, los muros se fabricaban gruesos y sin apenas aberturas; de manera que la apariencia de la edificación es maciza, pesada y monótona.
Todos los pueblos que poblaron Mesopotamia construyeron, a orillas de los ríos Tigris y Éufrates, grandes ciudades que eran centros políticos y religiosos. Las principales fueron Ur, Babilonia, Assur y Nínive.

Los templos tenían base cuadrangular, sobre la que se construían torres escalonadas, como pirámides, llamadas zigurat, cuyo objetivo era invitar a las divinidades a descender y residir entre ellos. Por ello, en la cima se encontraba el santuario del dios, que por lo general se dividía en dos cámaras. En una estaba el altar, y en otra, la mesa de sacrificios. A estas instalaciones solo podían acceder los sacerdotes, para llevar diariamente las ofrendas. Los zigurats o torres más importantes son los de las ciudades de Babilonia, Ur, Eridú, Kish y Uruk.















Escultura

Las esculturas más conocidas son la treintena del gobernador de Lagash, Gudea, y de un patesi o príncipe sacerdote de la ciudad (de alrededor del 2200 a.c.). Son de piedra labrada y dan una impresión de serena autoridad.
Los relieves en piedra (presentes en los palacios) fueron un medio de expresión muy extendido entre los sumerios. Se han encontrado fragmentos de estelas conmemorativas. Por ejemplo, la Estela de los biutres, que conmemora una victoria militar pero tiene un contenido religioso.







Con posterioridad se empezaron a hacer esculturas en metal, caracterizadas por un mayor refinamiento y cuidado de los detalles. Mesopotamia pasó desde la Edad del Bronce a la del Hierro en alrededor de tres milenios.