lunes, 27 de enero de 2014


LA HISTORIA MÁS BELLA DEL MUNDO

¿De dónde venimos?,  ¿Qué somos?  Y ¿A dónde vamos? Con estas preguntas empezó DOMINIQUE SIMONNET, como no llamar mi atención este historia, el cual no he terminado pero hasta ahora me parece excelente, una de las razones por las que estudio artes, trata de comprender de manera distinta o simplemente no comprender dichas preguntas.
Empieza con que hay dos propuestas sobre el origen del mundo, la de la religión y la ciencia, la batalla que no termina, la primera enseña, la segunda aprende.
La ciencia relata una excelente historia bastante convincente, pero sin duda alguna deja cabos sueltos, es por eso que nos seguimos haciendo dichas preguntas, todo esto por siempre buscar un significado a la vida.
 Se apoya en una entrevista o charla con tres selectas personalidades, cada uno especialista en su rama, un astrofísico, un biólogo y un paleontólogo.
Durante esto se plantean preguntas como:
¿Cómo pasamos de lo inerte a lo vivo?, ¿qué son nuestros milenios de civilización si se los compara con los millones de años que necesitó el hombre para liberarse de la animalidad? ¿Qué vale nuestra sofisticación actual ante los quince mil millones de años que se precisaron para configurar nuestra complejidad?
Al cabo finalizar de leer el prólogo, lo único que pasó es que surgieron más dudas en mi cabeza y no pude dejar de leer.
En mi opinión me pareció muy bueno el siguiente comentario:
-Descendemos de los monos y de las bacterias, pero también de los astros y de las galaxias. Los elementos que componen nuestro cuerpo son los que antaño fundaron el universo. Somos, verdaderamente, hijos de las estrellas.
Por supuesto, es hermoso somos hijos de las estrellas, una cosa se ha vuelto otra  y somos parte de lo mismo, todos somos parte del cosmos.
Si entendiéramos esto, si lo aceptáramos, dejarían de haber conflictos, todos trabajamos para un mismo fin, como lo comenta la ciencia, todos somos descendientes de monos y repito hasta “hijos de las estrellas” entonces la cuestión ¿hacia dónde vamos?
Terminando con esto, Sólo somos chispas irrisorias en relación con el universo.